Había una vez un costeño que llega a Nueva York y quería un cigarrillo. Como no sabía hablar inglés, le hizo señas a una muchacha de que quería un cigarro. Ella se agachó a buscarlo y en esas se le salió un peo. Ella se dio la vuelta y le dio el cigarrillo y le dijo: - Two fifty. A lo que el costeño responde: - Echeeee fuiste tú!! |